Inundaciones, sequías e incendios forestales azota al Gran Chaco en pleno verano.
-“Se va acercando mi turno de ser inundado parece socio, por favor avísame cómo progresa el río”. Escribía al chat del Sistema de Alerta Pilcomayo- SAP Giovanni Boggino desde el Paraguay luego de observar de manera cronológica el avance del agua, por exceso de lluvia en algunos lugares y en otros por desborde del río Pilcomayo que atraviesa Argentina, Bolivia y Paraguay.
Desde hace más de un mes el Pilcomayo empezó a desbordar. En Bolivia más de 140 familias afectadas deja a su paso poniendo en alerta miles de habitantes entre pueblos indígenas criollos, productores y otros de los países vecinos.
–Ramón, tienen que evacuar. El muro se va a romper igual que ocurrió antes de ayer en La Esperanza, Formosa. No va a aguantar la presión. Contestaba por su parte el responsable del Sistema de Alerta Pilcomayo minutos después.
Hoy miles de habitantes chaqueños del Gran Chaco Americano se comunican entre sí a través de las plataformas digitales como el whatsapp y el Telegram del de Sistema de Alerta Temprana para informarse en el verano del avance del agua y sus afectaciones, en el invierno de los incendios forestales y en primavera de las sequías.
Son más de 1000 participantes activos en todo el territorio que desde tempranas horas de la mañana están enviando fotos, videos y textos de lo que está aconteciendo en el territorio chaqueño. Están ejerciendo uno de los derechos que cada vez se consolidan más como el derecho a la conectividad.
Mientras la conversación de lo que ocurría en el Paraguay se fijaba en las plataformas otra similar relatando lo que estaba sucediendo en la Argentina, específicamente en la Rinconada que de acuerdo a don Carlos Ortiz, describía a través de imágenes cómo familias empezaban a evacuar su comunidad.
Pasadas las 5 de la tarde informaba. – “La gente de la Rinconada ya están mudando por temor a que el agua rompa la defensa”.
Minutos después el SAP emitía una nueva alerta para el bañado argentino: “En imágenes satelitales de hoy, se observa que hay un avance muy importante de agua con mucho sedimento hasta San Cayetano”.
Entre el aviso de Carlos Ortiz y la alerta del SAP, decenas de mensajes llagaban acompañados de videos y fotografías con expresiones de preocupación que describían cómo algunos bañados que durante años carecían de agua, empezaban a colmatarse, sumado a debates intensos de los lugares, cañadas y zonas por dónde estaría arrimando el agua.
Como una antítesis de esta realidad, en este vasto territorio 48 horas después se difundía la declaratoria de Emergencia Ambiental dentro del Departamento de Boquerón, (Chaco Paraguayo) y 24 horas más tarde pobladores difundían imágenes habilitando con tablones de madera el tramo Pozo Hondo – Pedro P. Peña (Py) afectado por las lluvias, en una zona que de acuerdo al Sr. Alberto Jaimes las lluvias registraron en esta zona entre 90 a 70 mm; más 150 a 185 mm al norte y en la zona Picada 40mm, que para el responsable del Sistema de Alerta es altísimo.
A ello en la Argentina Aldo Román Brizuela desde Ibarreta, Argentina enviaba fotos y videos acompañado de un audio que describía un incendio en la zona y que pese a las lluvias persistía en su comunidad afectando pastizales y fauna de la zona.
“En el grupo de Gran Graco también salta las alertas donde envié las fotos. Nos comunicamos con mi cuñado e intentamos apagar el fuego, pero era imposible. En esta época como todo está seco se quema todo. En lo que pueda ayudar y reportar sobre inundaciones y ahora incendios voy a colaborar”. Decía en el audio Aldo.
Cada vez es más evidente cómo la Tecnología de la Información y Comunicación – TIC está ayudando a los países en desarrollo a adaptarse a los efectos negativos del cambio climático en supervisar el clima y el medioambiente, una labor que desde hace 20 años el Sistema de Alerta Pilcomayo ha ido construyendo, afianzando y adecuando a los avances de la tecnología y su accesibilidad.
El componente principal de este monitoreo colaborativo entre los organismos de los Estados y la población local, que es la que genera datos diferenciales, desde la experiencia en el territorio y a la vez quien se beneficia de la interpretación que un equipo de apoyo hace de los datos oficiales. Este modelo nace de la comprensión de que, por la complejidad y escala territorial, es imposible que los organismos de los Estados puedan realizar un monitoreo permanente de toda la cuenca y heterogeneidad de sectores.
De esta forma, la participación efectiva de los pobladores locales, conocedores de cada una de sus zonas de ocupación, se torna en el elemento clave. Además, la visión conjunta aporta una mirada de cuenca que construye, poco a poco, un concepto y un discurso compartido de cuenca que facilita su gestión, la resolución de conflictos y la definición de mejores obras hidráulicas.
Cientos de mensajes diariamente se intercambian en las redes del Sistema de Alerta Pilcomayo para alertar sobre desbordes y riesgos a los que expone el Pilcomayo a sus poblaciones.
La conectividad y la información están advirtiendo a los habitantes sobre eventos climatológicos mediante mensajes enviados a sus teléfonos móviles, de forma que a su vez pudieran difundir a sus comunidades.
En la actualidad la iniciativa NANUM, Mujeres Conectadas, proyecto trinacional (Argentina, Bolivia y Paraguay) co-financiado por el BIDLab, ejecutado por Fundación Avina en alianza con Fundación Gran Chaco en Argentina, Fundación Nativa en Bolivia y Grupo Sunu en Paraguay y un colectivo de más de 15 organizaciones socias reconoce el acceso a la conectividad como un derecho humano fundamental por su carácter habilitador de otros derechos, como el derecho a la educación, a la salud, el acceso a la información, entre otros, proponiendo fortalecer a las comunidades rurales del Gran Chaco Americano mediante el acceso a tecnologías que reduzcan su condición de aislamiento y de ese modo aceleren su desarrollo económico y mejoren sus capacidades de adaptación y resiliencia al cambio climático.